Desconexión digital: tu mente también necesita vacaciones

Te contamos qué pequeños cambios pueden ayudarte a desconectar este verano sin complicarte la vida.

En verano buscamos descansar, recargar pilas, desconectar… pero a veces no lo hacemos del todo. Llevamos el trabajo en el bolsillo, seguimos recibiendo notificaciones, revisamos correos en la tumbona y subimos stories desde la piscina.

Hoy queremos hablarte de algo que está ganando cada vez más importancia: la desconexión digital durante las vacaciones. No como un lujo, sino como una necesidad real para nuestra salud mental, nuestro bienestar y también, a la larga, nuestra productividad.


¿QUÉ ENTENDEMOS POR DESCONEXIÓN DIGITAL?

Desconectar digitalmente no significa apagar el móvil y desaparecer del mundo. Significa poner límites conscientes al uso de la tecnología, especialmente cuando estamos fuera del horario laboral o en un periodo de descanso.

Implica cosas como:

  • no revisar el correo de trabajo durante las vacaciones,
  • no responder mensajes urgentes a las 11 de la noche,
  • y, en general, dejar de estar disponibles 24/7.

La desconexión digital no es solo una cuestión de modales o de costumbres. Es una cuestión de salud.


¿POR QUÉ ES IMPORTANTE DESCONECTAR?

Lo que nos dicen los estudios —y lo que confirman muchos profesionales de la psicología— es que estar constantemente conectados genera una sensación de alerta permanente. No llegamos a relajarnos del todo. Nuestro sistema nervioso no termina de descansar.

Este “modo hiperactivo” hace que durmamos peor, que nos cueste concentrarnos y que incluso estemos más irritables. Y todo eso, en vacaciones, es lo contrario de lo que buscamos.

Además, hay algo importante: sin desconexión real no hay recuperación real. Y si no recuperamos energías, no solo llegamos al nuevo curso o al trabajo más cansados, sino que también somos menos creativos, menos eficaces y más propensos al agotamiento.


¿QUÉ SEÑALES INDICAN QUE NECESITAMOS DESCONECTAR?

No siempre es fácil darse cuenta. Pero hay algunas señales que pueden avisarnos de que el cuerpo y la mente nos están pidiendo un respiro:

  • Revisar el móvil de forma compulsiva, incluso sin motivo.
  • Sentir ansiedad si no respondemos enseguida a un mensaje.
  • Tener sensación de culpa por no estar disponibles.
  • Sentir que no disfrutamos de planes sencillos sin la tecnología cerca.

Si te reconoces en alguno de estos puntos, quizá sea el momento de poner algunas barreras sanas.

¿CÓMO PODEMOS DESCONECTAR MEJOR DURANTE LAS VACACIONES?

Aquí van algunas recomendaciones para desconectar sin complicarse la vida. No se trata de apagar el móvil y huir del mundo, sino de recuperar el control del tiempo y la atención:

  1. Silencia notificaciones innecesarias. Desactiva las alertas del correo, grupos de trabajo o apps de redes sociales. No pasa nada por no enterarte al momento. Además, muchas apps (como YouTube, Instagram o TikTok) te lanzan contenidos sin pedirlo. Si desactivas estas funciones automáticas, evitas entrar en modo consumo sin fin.
  2. Programa respuestas automáticas o el envío de correos. Si necesitas dejar algo listo, puedes escribirlo y programarlo. Y si no vas a responder durante unos días, pon un aviso de “Fuera de la oficina” con una fecha clara.
  3. Respeta la desconexión digital de los demás. Si tienes que mandar un correo, siempre que sea posible, prográmalo para que llegue en un horario adecuado para el destinatario.
  4. Establece horarios sin pantallas. Por ejemplo: nada de móvil en las comidas, en excursiones o durante la primera hora del día. No hace falta hacerlo siempre, pero sí con cierta regularidad.
  5. Crea zonas libres de tecnología. El dormitorio, la mesa, la playa… puedes decidir que en ciertos lugares no hay pantallas. A veces basta con dejar el móvil en otra habitación o mochila.
  6. Haz algo totalmente analógico. Leer, escribir, cocinar, caminar, dibujar, nadar… Cualquier actividad sin pantallas ayuda a bajar el ritmo mental y reconectar contigo mismo o con los demás.
  7. Acuerda reglas de uso en grupo. Si viajas en pareja, con familia o amigos, pactad algunos momentos de desconexión colectiva. Por ejemplo: no mirar el móvil en las sobremesas, o jugar sin interrupciones.
  8. Elimina temporalmente apps que te roban tiempo. No es para siempre, pero si una app te absorbe sin darte cuenta, puedes quitarla unos días y volver después. También puedes agruparlas en una carpeta que no tengas a la vista.
  9. Haz revisiones digitales al final del día. Si no puedes evitar usar el móvil, al menos hazlo en un momento concreto: una o dos veces al día, en vez de estar consultando todo el tiempo. Ganarás en tranquilidad y atención.

¿Y SI ME CUESTA DESCONECTAR?

Es normal. Nos hemos acostumbrado a estar siempre “disponibles”. Pero esa disponibilidad constante tiene un coste emocional y físico, aunque no siempre lo veamos a corto plazo.

Algunos expertos lo llaman “síndrome del trabajador quemado en vacaciones”: personas que no pueden parar ni relajarse aunque estén en la playa. El sistema nervioso se ha acostumbrado tanto al estrés que ya no sabe cómo estar en calma.

Por eso, si te cuesta desconectar, no hay que forzarse ni culpabilizarse, pero sí dar pequeños pasos: reducir el uso progresivamente, cambiar rutinas, e incluso pedir apoyo si hace falta.


CONCLUSIÓN

Desconectar no es una moda. Es un derecho, una necesidad y también una forma de cuidarnos. El descanso digital no debería ser un objetivo idealizado, sino parte del plan de vacaciones, igual que hacer la maleta o reservar alojamiento.

Si este verano quieres realmente recargar pilas, recuerda que no solo se trata de cambiar de paisaje, sino también de cambiar de ritmo mental.


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Extracto del programa Mediodía COPE en Cantabria. Puedes escuchar el programa completo aquí.

Manuel Paz
Manuel Paz