Esta semana vamos a hablar de algo que todos tenemos en casa y que usamos todos los días sin pensar demasiado: el WiFi. Sí, esa red mágica que nos da Internet, nos conecta la tele, el móvil, la consola, la nevera —si tienes una de esas modernas— y hasta el robot aspirador.
Pero aquí va la pregunta: ¿tienes tu WiFi bien protegido? Porque, si no es así, es como si dejaras la puerta de tu casa abierta… y sin mirar quién entra.
¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE PROTEGER EL WIFI?
Vamos al grano: si alguien se cuela en tu WiFi, no solo te roba Internet. Puede espiarte, infectar tus dispositivos, o incluso cometer delitos usando tu conexión. Y claro, la IP que aparece es la tuya. Luego explícaselo tú a la policía.
Además, cuanto más dispositivos conectados tengas, más “puertas” estás dejando abiertas. Y sí, los ciberdelincuentes lo saben. Por eso, las redes WiFi domésticas son uno de sus objetivos favoritos.
PRIMER PASO: CAMBIA EL NOMBRE Y LA CONTRASEÑA DE TU WIFI
¿Tu red se llama “Movistar1234” o “Jazztel_5678”? Pues estás dando pistas de qué router tienes. Y eso, para un ciberdelincuente, es como darle el modelo de la cerradura.
Cámbialo por algo neutro. No pongas tu nombre, ni tu dirección. Y si quieres divertirte, ponle un nombre creativo: “Virus24G”, “NoEsTuWiFi”, “FBI_Digame”… ¡pero que no dé pistas reales!
A la vez que cambies el nombre de la red WiFi, cambia su contraseña. Pon una robusta; ya sabes: que contenga mayúsculas, minúsculas, números y caracteres especiales. Mientras más larga, mejor. No te preocupes por que sea difícil de recordar; salvo que estés todo el día cambiando de dispositivos, es una operación que vas a tener que hacer una vez (y con los móviles incluso se puede compartir con un QR).
Aprovecha que estamos de cambios y cambia también la contraseña del router…y todos estos cambios, si eres de esas personas olvidadizas, puedes perfectamente escribirlos en un papel y pegarlos en la base del router, donde suelen estar los valores originales. Así, si algún día no te acuerdas, sólo tienes que ir a consultarlo.
SEGUNDO PASO: UTILIZA WPA2 O WPA3 (NUNCA WEP)
Cuando configures tu red WiFi, asegúrate de que usa un protocolo de seguridad moderno. WEP está más muerto que el Messenger. Es como poner una cerradura de juguete.
A día de hoy, lo mínimo es WPA2, y si tu router es reciente, mejor aún: usa WPA3, que es mucho más seguro.
Esta información la vemos normalmente en un cuadro desplegable de la configuración de la WiFi.
TERCER PASO: OJO CON EL WPS
Aquí vamos a hacer una pausa, porque esto es importante: el WPS es una puerta trasera en muchos routers.
WPS te permite conectar un dispositivo pulsando un botón o introduciendo un PIN de 8 dígitos. Suena cómodo, pero… también es un agujero de seguridad.
¿Por qué? Porque ese PIN se divide en dos bloques de 4 cifras, y el último dígito es un checksum, una especie de dígito de control. Resultado: en vez de 100 millones de combinaciones posibles, solo hay unas 11.000 combinaciones que probar. Y hay herramientas que lo hacen en minutos, como si nada.
Una vez consiguen ese PIN, el router les da la contraseña sin rechistar. Y ya están dentro de tu red, sin que te enteres.
Por eso, lo más recomendable es:
- Activar WPS solo si lo necesitas de forma puntual, por ejemplo, para emparejar un dispositivo IoT.
- Y, muy importante: desactivarlo en cuanto termines. No lo dejes activado por defecto, porque es como dejar la llave de casa debajo del felpudo… y anunciarlo en redes.
CUARTO PASO: ACTUALIZA EL ROUTER
Sí, el router también se actualiza. Y, normalmente, no lo hace solo.
Muchos routers antiguos tienen fallos de seguridad conocidos y sin corregir. Y eso es como tener una puerta sin cerradura.
¿Cómo se actualiza? Pues depende del modelo, pero normalmente lo puedes hacer desde el panel de administración. O, si no te aclaras, puedes llamar a tu operadora y preguntar si tienen actualizaciones disponibles para tu equipo.
QUINTO PASO: CREA UNA RED INVITADA
¿Vienen amigos a casa y te piden el WiFi? Pues en lugar de darles tu clave principal, crea una red para invitados. Hoy en día muchos routers disponen de esta funcionalidad.
Así no conectan sus móviles —que a saber qué traen dentro— a la misma red donde tienes tu ordenador, tu NAS o tu impresora.
Y lo mejor: cuando se vayan, apagas esa red y listo. Seguridad al instante.
TRUCO EXTRA: MONITORIZA QUIÉN ESTÁ CONECTADO
Hay aplicaciones y paneles del propio router (depende del modelo) que te permiten ver qué dispositivos están conectados a tu red en tiempo real. Si ves uno raro —como “Galaxy123” cuando nadie en casa tiene Samsung—, cuidado.
Desconéctalo y cambia la contraseña.
CONCLUSIÓN: TU WIFI NO ES UN TODO INCLUIDO
Proteger el WiFi no es de paranoicos, es de gente práctica.
Porque si alguien entra en tu red, no solo te roba internet: también puede mirar, husmear, atacar o incluso usar tu conexión para hacer cosas ilegales. Por cierto, un dato: el 60% de los dispositivos IoT mantienen credenciales de fábrica.
Así que, antes de preocuparte por si el vecino roba Netflix, pregúntate si te estás protegiendo como toca. Que el WiFi es como una ventana a tu casa. Y si no tiene rejas… te la pueden colar.
Extracto del programa Mediodía COPE en Cantabria. Puedes escuchar el programa completo aquí.