El apagón eléctrico que hemos vivido esta semana comenzó siendo un motivo de irritación y, para muchas familias, terminó convirtiéndose en una oportunidad forzosa para redescubrir la vida más allá de las pantallas. Para los jóvenes este apagón fue casi un experimento social involuntario: sin internet ni dispositivos, descubrieron conversaciones, juegos familiares, ocio alternativo y hasta un descanso olvidado.
Este incidente refleja una realidad preocupante que ya venían señalando estudios recientes como el informe PASOS, de la Gasol Foundation, según el cual los menores españoles entre 8 y 16 años pasan una media de casi 4h diarias frente a pantallas y más de 5h durante los fines de semana; más del doble del máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (máx 2h/día). Pero más allá de cifras, las consecuencias son profundas y tangibles.
CUANDO EL OCIO SE CONVIERTE EN PROBLEMA: SUEÑO Y ANSIEDAD
El primer precio que pagan nuestros jóvenes por ese tiempo excesivo frente a las pantallas es invisible, pero dramático: la pérdida de sueño. Lo que comienza con un aparentemente inofensivo «solo un vídeo más» termina convirtiéndose en largas noches en vela, con adolescentes durmiendo muy por debajo de las ocho horas recomendadas.
Y no, no es solo cansancio lo que acumulan. La falta de sueño continuada está directamente relacionada con problemas más graves como ansiedad, depresión y una preocupante caída del rendimiento escolar. Así lo demuestran estudios recientes: dormir menos de siete horas diarias duplica el riesgo de sufrir problemas de salud mental en adolescentes.
MÁS USO LÚDICO DE PANTALLA = MENOS RENDIMIENTO ACADÉMICO
El abuso de las pantallas afecta gravemente a la atención, la memoria, la concentración y la capacidad de tomar decisiones. De hecho, un 26% de nuestros jóvenes no logran terminar ni la ESO, una cifra alarmante que duplica la media de la Unión Europea y no es casualidad, sino consecuencia directa de la falta de equilibrio emocional, sueño insuficiente y abuso digital.
La atención, fundamental para el aprendizaje, debe entrenarse con actividades como la lectura o enfocándose en una tarea a la vez. Sin esta práctica regular, es irreal esperar una buena concentración en el aula.
PANTALLAS, CAFEÍNA Y OTRAS MALAS COMPAÑÍAS
Ante el cansancio acumulado, muchos adolescentes recurren a una solución inmediata y preocupante: las bebidas energéticas. Según datos recientes, uno de cada cuatro adolescentes españoles consume regularmente estas bebidas, buscando precisamente contrarrestar ese déficit de sueño. La cafeína, taurina y otros estimulantes presentes en ellas multiplican la ansiedad y aumentan el insomnio, generando un círculo vicioso del que cada vez resulta más difícil salir.
Además, los profesionales de la psicología advierten que el uso continuado y descontrolado de pantallas está detrás de un aumento alarmante en la conflictividad familiar. En algunos casos, este uso compulsivo deriva en situaciones de violencia doméstica entre adolescentes y sus padres, un fenómeno que ha crecido hasta un 400 % en los últimos años.
RIESGOS EXTEREMOS: IDEACIÓN SUICIDA Y VIOLENCIA
Estudios recientes indican claramente que el abuso digital incrementa la ideación suicida entre adolescentes. Problemas como el ciberacoso, que en casos extremos conducen al suicidio, son realidades dramáticas de esta nueva era digital.
El abuso de pantallas también aumenta significativamente la violencia filial hacia los padres. En la última década, las estadísticas indican un incremento alarmante de hasta un 400% en esta clase de conflictos, asociado claramente al uso excesivo y descontrolado de dispositivos digitales.
SOLEDAD ACOMPAÑADA: MÁS ACOMPAÑADOS PERO MÁS AISLADOS
Uno de los fenómenos más preocupantes es la llamada «soledad acompañada». Los adolescentes se sienten profundamente solos, incluso cuando están físicamente rodeados de sus familias. Esta falta de comunicación real genera sentimientos de aislamiento y deterioro emocional profundo.
Compartir tiempo con los hijos es esencial. No solo es afecto, sino también una herramienta clave para detectar problemas tempranamente e intervenir de forma oportuna.
¿REALMENTE LAS PANTALLAS SON EL ENEMIGO?
En realidad, demonizar las pantallas sería un error tan grave como no controlarlas. La tecnología es una herramienta excepcional cuando se utiliza con criterio y objetivos claros. Los mismos dispositivos que pueden alejar a los jóvenes de la realidad son también una puerta abierta al aprendizaje, a la creatividad y al desarrollo personal.
No es lo mismo pasar cuatro horas seguidas viendo vídeos en bucle o jugando a Fornite que dedicarlas a crear un cortometraje, aprender a elaborar una receta de cocina o a reparar un electrodoméstico, o realizar actividades educativas. La clave es, precisamente, convertir el tiempo de pantalla en tiempo de calidad.
EL PAPEL FUNDAMENTAL DE LAS FAMILIAS Y DE LA ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA
Y es que, aunque la familia debe asumir la responsabilidad principal en la educación digital de sus hijos, la Administración educativa debe acompañarla en el proceso. En este sentido, prohibir el uso de pantallas en aulas de primaria o prohibir el uso de móviles en los centros educativos va justo en la línea contraria. Precisamente el alumno debería percibie el centro educativo como el espacio donde se hace y se enseña a hacer un uso responsable de la tecnología.
Al final, nos encontramos con adolescentes que son huérfanos digitales, que hacen un uso furtivo de una herramienta que nadie les enseña a usar. Es urgente que se busquen soluciones de manera conjunta, porque será la única forma de abordar este problema con éxito.
HERRAMIENTAS DIGITALES AL ALCANCE DE LAS FAMILIAS
Ante esta realidad, muchos padres se sienten perdidos. La respuesta no está en prohibir o demonizar, sino en establecer límites claros y, sobre todo, acompañar y educar en el uso responsable. La guía de control parental IS4K del INCIBE ofrece herramientas para el control parental que, usadas adecuadamente, pueden ayudar mucho:
- Limitar horarios de uso.
- Filtrar aplicaciones y contenidos según edad.
- Obtener informes periódicos de la actividad digital.
Además, las herramientas como «Bienestar Digital» de Android y «Tiempo de uso» de Apple son muy útiles para supervisar y controlar el uso de pantallas: permiten limitar aplicaciones, establecer horarios claros y gestionar contenidos según la edad de los menores, reforzando así el acompañamiento parental activo.
Pero el control técnico por sí solo no es suficiente. Lo más importante sigue siendo el modelo adulto que los jóvenes tienen en casa. ¿Cómo pretender que los adolescentes dejen el móvil en la cena si los adultos tampoco lo hacemos? La coherencia es imprescindible.
RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA UN EQUILIBRIO DIGITAL SALUDABLE
- Establecer normas visibles y claras: acuerdos firmados y bien visibles.
- Dormitorios libres de pantallas: dispositivos fuera del alcance en horas de descanso.
- Mesa sin tecnología: recuperar las conversaciones familiares reales.
- Ocio activo: equilibrar tiempo digital con actividades físicas y creativas.
- Fomentar la creación: impulsar proyectos creativos como podcasts, vídeos educativos o iniciativas colaborativas.
- Revisión periódica conjunta: mantener un diálogo abierto, ajustar normas, y reforzar el acompañamiento emocional continuo.
CONCLUSIÓN: EDUCAR EN LA CONVIVENCIA DIGITAL
El apagón evidenció, de nuevo, la necesidad urgente de un equilibrio digital saludable. Las pantallas pueden ser aliadas poderosas si se utilizan de manera responsable y supervisada. Sin embargo, sin educación, límites y diálogo permanente, se transforman en enemigas silenciosas que exacerban problemas serios como la ansiedad, violencia, soledad y conflictos familiares.
La responsabilidad está claramente en manos de padres y educadores. No esperemos a otro apagón para descubrir que hay vida más allá de las pantallas: eduquemos activamente y construyamos juntos un entorno digital seguro y saludable.
Para terminar este artículo, os recomendamos ver (si es posible, en familia) la serie documental GENERACIÓN CLICK, de cuatro episodios, en los que se abordan algunos de los problemas derivados del uso inadecuado de la tecnología. Está disponible en varias plataformas y también en abierto:
Extracto del programa Mediodía COPE en Cantabria. Puedes escuchar el programa completo aquí.